Impulsividad en el TDA-H

Impulsividad en el TDA-H

Escuchar a madres o padres que manifiestan abiertamente el estrés continuo, viviendo con un alto grado de tensión a nivel personal, familiar y con el entorno social, es muy frecuente en la consulta. 

Aquí encontramos una dificultad asociada a la inhibición de ciertos comportamientos o conductas que puede estar presentando tu hij@.

Cuando tiene que esperar su turno, seguramente lo puedes ver reflejado en el desorden característicos de sus cuadernos (arranca las hojas, no tiene nada escrito, escribe dónde abrió el cuaderno, etc.), cometiendo errores por respuestas precipitadas, interrumpiendo conversaciones, haciendo o diciendo algo sin antes haber pensado en las consecuencias. 

Aquí la CONSIGNA es, primero actúo y después pienso.

La impulsividad va de la mano con el grado de tolerancia a la frustración, que en resumen se relaciona con esa capacidad de valorar una experiencia como frustrante. 

Seguramente te has visto más de una vez en la sala de urgencias de la clínica u hospital ya que esta conducta impulsiva se asocia a la falta de conciencia del riesgo, lo que los hace más propensos a tener accidentes.

¿Cómo puedes ayudar a tu hij@?

Entrenar en AUTOCONTROL/activar el diálogo interno para que pueda modular y controlar sus comportamientos o conductas conforme a la etapa de desarrollo en la que se encuentra.

Que reconozca en si mism@ esa sensación de control interno. Por ejemplo ¿Cómo podría tranquilizarme? y acá la idea es ayudarle a reflexionar que existen diferentes alternativas para que pueda pensar en la manera en que podría tranquilizarse.

De esta manera logramos que empiece a conocerse y además que pueda generar ese diálogo interno ¡siii! ese diálogo interno, silencioso que como padres tanto anhelamos, para que piense en las consecuencias que tendrán sus conductas.

El autocontrol inhibe la aparición de una respuesta automática, postergar la gratificación inmediata, disminuir la tendencia a la búsqueda de sensaciones que sean riesgosas para para la vida de tu hij@. 

El Dr. Rusell Barkley (1999) en su “teoría del autocontrol” explica que cuando hay un estímulo externo (ej: voy caminando en la calle y una persona me insulta) tomamos un tiempo para pensar antes de actuar o contestar y este es un “tiempo de oro”.  

Es en este tiempo que pasan muchas cosas por la cabeza y es aquí dónde se activa el diálogo interno, porque converso conmigo mism@ y logro pensar por ejemplo en que la última vez que le contesté a una persona que me insultó, me terminó agrediendo físicamente. 

Activar el diálogo interno tiene muchos beneficios, tales como:

  • Aprender del pasado, de mis experiencias anteriores 
  • Aprender las consecuencias que tienen mis actos 
  • Regular mi conducta y organizarla

Procura darle ejemplos a tu hij@ frente a distintas situaciones, ya que si le dices “debes pensar antes de hacer las cosas”, “piensa, piensa, piensa” seguramente va a hacer el intento de “pensar reflexivamente” pero va a terminar pensando en el juego que quedó pendiente con el amigo (por estar pensando).

Si sientes que esto resuena contigo, te invito a que puedas compartir tu experiencia, porque nadie es dueño de la verdad y tu experiencia sumada a otras miles de experiencias nos permite aprender cada día sobre las distintas formas que pueden existir para apoyar a nuestros hijos.

Un abrazo 

Susana  

 

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