Es impresionante el PODER que tiene una palabra.
Como padres tenemos el gran desafío de honrar la particularidad de nuestros hijos y aceptar lo que no puede ser cambiado en ellos ¡Wauuu! Me estremecen estas palabras.
Al usar una comunicación que sea asertiva/afirmativa, me estoy comunicando con mi hij@ de forma clara, directa, razonable y respetuosa.
Cuando me dirijo a conversar con mi hij@, me aseguro primero que me esté prestando atención y para asegurarme de aquello, es necesario hacer contacto visual, que no sea con el teléfono en la mano ¡eso no! esto se trata de hacer contacto, de explicarle paso a paso lo que le quiero decir o lo que voy a escuchar de su parte.
Evita usar “esa estrategia” de preguntar y preguntar para tratar de tener una conversación con tu hij@ porque esta práctica finalmente lo que termina haciendo es inhibir la comunicación.
Te sugiero que sigas la conversación que se ha iniciado, que puedas comentar, compartir experiencias y escuchar detenidamente a tu hij@, tal como te gustaría ser escuchad@.
Toma distancia de esos patrones de comunicación negativos, como interrumpir, criticar, usar el sarcasmo, acusar, sacar a relucir experiencias pasadas que están fuera del contexto de la conversación, la burla sutil, etc., pueden corroer su interior.
Te animo a comunicarte constructivamente con tu hij@, que uses expresiones como: yo creo, yo pienso, yo siento, para que comuniques tu mensaje ¡un mensaje que edifique la vida de tu hij@!.
¡Vamos que se puede!
Si sientes que esto resuena contigo, te invito a que puedas compartir tu experiencia, porque nadie es dueño de la verdad y tu experiencia sumada a otras miles de experiencias nos permite aprender cada día sobre las distintas formas que pueden existir para apoyar a nuestros hijos.
Un abrazo
Susana